“2015 Environmental Scan of Academic Libraries” es un producto de ACRL’s Research Planning and Review Committee. En 2014 el comité publicó “Top Trends in Academic Libraries,”, (Middleton et al. 2014). Este nuevo informe expande y amplía el documento anterior. Si bien, “2015 Environmental Scan of Academic Libraries” ofrece una visión más general de la situación actual de las bibliotecas universitarias en lugar de un examen exhaustivo. En este documento se analizan temas relacionados con la educación superior en general, y su consiguiente impacto en las colecciones de bibliotecas, acceso, servicios de datos de investigación, servicios de localización, instalaciones, comunicación científica, y en que medida las bibliotecas contribuyen con su influencia al éxito de los estudiantes.
En un momento de creciente desigualdad económica en Estados Unidos, hay un mayor énfasis en la movilidad social y el bienestar general. Esto se correlaciona con el nivel de ingresos, ya que posibilidad de acceso a la educación superior se ha convertido en un tema frecuente en los medios de comunicación. El aumento de la deuda estudiantil ha llevado a un mayor escrutinio de los gastos en educación superior y sus resultados. En diciembre de 2014, la administración Obama dio a conocer un plan de calificaciones universitarias que vincularía la financiación federal a una serie de parámetros de rendimiento tales como el precio neto promedio de una universidad, las tasas de finalización de sus estudiantes, el porcentaje de sus estudiantes que reciben becas, los resultados, y las tasas de prepago de préstamos.
La tecnología está impulsando la enseñanza hacia nuevos modelos en la educación superior. Un ejemplo de esto son los modelos de educación abierta que ofrecen alternativas a los programas basados en el modelo tradicional. Los cursos online abiertos masivos (MOOCs) y los modelos de educación basada en competencias (CBE) representan estas alternativas más próximas a las necesidades del nuevo entorno. El aprendizaje en línea es una opción atractiva para los estudiantes adultos, un grupo demográfico que ha sido el objetivo de muchas de las grandes instituciones con fines de lucro; estos estudiantes pueden completar los programas de grado y otras credenciales a un ritmo más flexible y a un menor costo. La tecnología permite a los estudiantes, profesores y personal colaborar, enseñar y aprender en un nivel favorecido por las infraestructuras del nuevo contexto tecnológico-informativo a través de innovadores modelos de servicio. El entorno actual “ofrece nuevas formas de conectar las cosas que antes se consideraban dispares y ‘desconectadas”: personas, tutores y asesores, recursos, experiencias, contenidos diversos y comunidades, a través de modelos de enseñanza tanto formales como informales”
Por otra parte los niveles de financiación de la investigación han disminuido, lo que lleva a un entorno cada vez más competitivo para las instituciones de investigación. Al mismo tiempo, la investigación intensiva exige nuevas necesidades de infraestructura y servicios de gestión de datos relacionados, su vez el gobierno federal ha emitido mandatos de acceso abierto para la investigación científica financiada por el propio gobierno. Las agencias federales han presentado y están revisando actualmente el desarrollo de planes para cumplir con la directiva 02/2013 de la Casa Blanca sobre Política Científica y Tecnológica.
Entre otras cosas establece algunas cuestiones en torno al papel de las bibliotecas y los bibliotecarios respecto al acceso abierto (open access) y las métricas alternativas (altmetrics):
- Las bibliotecas deben apoyar el libre acceso a la comunicación científica.
- Las bibliotecas deben construir relaciones con los profesores e investigadores del campus y otras unidades asumiendo el papel de editores.
- A medida que el papel y la importancia de los depósitos aumenta, los bibliotecarios universitarios deben desarrollar flujos de trabajo y servicios de consulta para apoyar el depósito de la investigación en repositorios institucionales y disciplinares.
- A medida que los requisitos de cumplimiento continúan evolucionando, los bibliotecarios universitarios deberían tomar la iniciativa en el desarrollo de iniciativas educativas sobre temas relacionados con acceso abierto y derechos de autor.
- Para mejorar la capacidad de descubrimiento del contenido en acceso abierto, los bibliotecarios deben colaborar con los principales editores para indexar revistas de acceso abierto.
- La creciente disponibilidad de contenido en acceso abierto tendrá un impacto sobre la toma de decisiones de los servicios de suscripción.
- Los investigadores serán optarán cada vez con más frecuencia por compartir sus investigaciones a través de los medios sociales que sirvan mejor a su red e incluyan datos altmétricos para poder documentar un impacto más real de esta investigación.
Gran parte de la discusión acerca de los libros electrónicos es si el libro impreso se mantendrá como vehículo de comunicación científica y si tendrá un estatus destacado en el nuevo ecosistema académico. Como señala Schonfield (2013) en su provocativo artículo Ithaka S+R US Library Report (Ithaka S + R, paren las rotativas), las mejoras aún son posibles e inciden en que aún el formato digital no han llegado a tener una aceptación plena. Algunos estudios han demostrado que los libros digitales y los libros impresos puede servir a muy diferentes fines para investigadores y estudiantes, ya sea para la búsqueda básica o para la lectura lineal (Rod-Welch et al 2013;. Staiger 2012;. Li et al 2011)
Aunque siguen existiendo predicciones que vislumbran un futuro de bibliotecas sin libros, de momento sólo hay algunos ejemplos en este sentido. De acuerdo con un reciente informe Ithaka S+R US Library Report (Long & Schonfeld 2014), la transición hacia los libros electrónicos no ha sido tan rápida como se predijo. Por ejemplo, la mayoría de los directores de bibliotecas informan que la adquisición a gran escala de libros electrónicos no ha conducido a una adhesión por igual hacia los nuevos formatos por parte de los usuarios, ya que la mayoría de profesores aún desconfían de un futuro en el que únicamente haya libros electrónicos en las bibliotecas. Incluso para las ciencias, sólo alrededor del 15% de los profesores encuestados respondió favorablemente a la afirmación de que dentro de los próximos cinco años “no va a ser necesario mantener colecciones de libros impresos en las bibliotecas”. Aunque si indicaron que aquellos títulos en papel de bajo uso deberían de ser retirados a una instalación de almacenamiento. En esta situación, sólo alrededor del 20-25% de los directores de bibliotecas siguen considerando la adquisición de libros impresos como un medio para construir colecciones de investigación de alta prioridad. Algunos gestores de colecciones consideran el crecimiento de los ebooks mediante el establecimiento y la expansión de los planes aprobación (Aprovall Plan), que ya no se reservan únicamente para las publicaciones en papel. Sin embargo, un porcentaje significativo de los títulos aun se siguen recibiendo en formato impreso.
Una cuestión que crea confusión en los centros de adquisición de libros y servicios de gestión en relación al préstamo de libros electrónicos, es el hecho de que la mayoría de las licencias de las monografías electrónicas siguen siendo muy restrictivas respecto al intercambio de contenidos de libros electrónicos, con lo que prácticamente producen cierto rechazo, ya que entre otras cuestiones no permiten atender adecuadamente algún servicio tan arraigado en bibliotecas universitarias como el préstamo interbibliotecario. Un nuevo proecto piloto entre Springer Verlag, en la Texas Tech University, Greater Western Alliance Library (GWLA) y la Universidad de Hawai en Manoa ofrece una nueva alternativa para compartir dicho contenido. Se trata del programa de software “Occam Reader“, que funciona como un add-on para el programa de préstamos ILLIAD ampliamente utilizado, que se encuentra en fase de prueba y desarrollo actualmente con buenos resultados (Anderson 2014).