
Este libro reúne una variada muestra de iniciativas sociales y educativas que las bibliotecas llevan a cabo en situaciones de crisis económica o recesión. Su objetivo es mostrar las buenas prácticas para estimular su extensión, promover que cada biblioteca haga un ejercicio de reflexión sobre cómo readaptar sus servicios para los usuarios desempleados o afectados por las circunstancias que la crisis provoca. En la obra se justifica esta función de la biblioteca, se analizan los orígenes y características de la pobreza y de los procesos de exclusión social, y se intenta proponer, a través de la descripción de buenos ejemplos, que se impliquen al máximo con los colectivos más desfavorecidos.